Reflejos primitivos y su relación con la naturaleza
Bosquescuela es una iniciativa nueva la cual propone el contacto del niño con la naturaleza durante el aprendizaje hasta la edad de 6 años. La metodología es sencilla y todo tipo de enseñanza en la edad de 3 a 6 años se realiza con materiales y juegos en la naturaleza. Se intenta que el niño despierte su iniciativa personal, su espíritu emprendedor, hacer crecer su empatía, fortalece su autoestima, desarrolla su creatividad y que valore el trabajo en equipo estando todo el año al aire libre.
La inmensa variedad y posibilidades que ofrece la naturaleza como aula y entorno del aprendizaje a nivel de espacio en el desarrollo evolutivo de los niños es algo que lo incorpora la metodología Bosquescuela a la educación.
Explicado diferente; es la manera en la que se jugaba hace 30 años en los pueblo y montes. El niño era más libre, no nos poseía el miedo, se subían a árboles, jugaban a pilladitos, a la goma, al inque, etc . Se jugaba con palos, piedras, cuerdas, cartones, arena y todo lo que se encontraba en la calle. Así el niño iba aprendiendo a crear, se auto gestionaba, desarrollaba su imaginación, se relacionaba con distintos grupo y aprendía el solo con el método natural de acierto error.
Como decía el refrán, “Regálale un pez a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá toda la vida…”
Hoy en día muchos niños no poseen elasticidad, les falta motricidad, tanto fina como motora, no se centran en clase y se recurre a los llamados reflejos primitivo ya que su falta de integración hace que el niño no pueda seguir integrando conceptos a nivel cerebral.
Los reflejos primitivos son todos aquellos movimientos involuntarios que responden a un estímulo sensorial con los que nacen los bebés. La presencia y la fuerza de un reflejo es un indicador importante del desarrollo neurológico y funcional del niño. Por eso, a los recién nacidos se les evalúa esta respuesta muscular involuntaria. Muchos de los reflejos infantiles desaparecen a medida que el niño madura, aunque algunos se conservan durante toda la edad adulta.
Antes de que el bebé comience a caminar utiliza mucho tiempo en hacer movimientos rítmicos de acuerdo a sus instrucciones innatas. Estos movimientos favorecen la integración de sus reflejos primitivos, lo que le ayudará a aprender a gatear y caminar. Algunos reflejos primitivos son importantes para la lectura y la escritura como el reflejo tónico asimétrico y el simétrico del cuello, el de agarre, entre otros.
A la edad de tres años, estos actos reflejos deberían estar completamente integrados y no volver a interferir con el movimiento. Los reflejos primitivos no integrados pueden causar problemas con las habilidades motoras gruesas o finas, con la visión, el oído, la articulación de palabras y el lenguaje.
La importancia del movimiento libre, el juego al aire libre y la necesidad del aburrimiento con fin de activar la creatividad
El movimiento libre y autónomo como bien promulga Emmi Pikler facilita el desarrollo físico del bebe y del niño para una vez integrado y aprendido podrá empezar a desarrollar el intelecto.
“Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo, no es tan solo inútil, sino perjudicial “(Emmi Pikler).
“Cuando el niño actúa por su propia iniciativa e interés aprende, y adquieres capacidades y conocimientos mucho más sólidos que si se le intenta inculcarle desde el exterior estos mismos conocimientos “(Emmi Pikler).
Termino con varias reflexiones de Emmi que ójala pongamos en práctica ya que de nuestros hijos y de sus capacidades dependerá el futuro.
Fernando Morcillo