Meditación con Sonidos Naturales |
La herramienta más utilizada para centrar nuestra mente en la meditación, es la respiración. Cuando nos sentamos a meditar, llevar nuestra atención hacia adentro contrarresta nuestra tendencia habitual a estar dispersos. La meditación a través de la respiración, nos ayuda a concentrar nuestra energía en nuestros cuerpos, centrándonos y cimentándonos en el momento presente. Casi tan fácilmente disponibles como nuestra respiración están los sonidos del mundo natural. Desde la lluvia hasta el viento, el océano y las aves, meditar en estas manifestaciones auditivas nos brinda no solo una sensación de paz, sino también una experiencia de conexión con el mundo físico. Es fácil quedar atrapado dentro de nuestras propias cabezas y nuestras vidas individuales. Nos quedamos atrapados en nuestras metas y planes y casi olvidamos que vivimos en un mundo que siempre está ahí, tarareando de fondo. Hay un cambio interno que ocurre cuando nos sintonizamos con ese fondo y realmente le prestamos nuestra atención. Es como si estuviéramos descubriendo un mundo más expansivo, porque lo somos. También nos estamos experimentando a nosotros mismos en relación con algo más grande. Este descubrimiento nos hace sentir rejuvenecidos y más expansivos. El vasto y agitado océano es un lugar ideal para meditar sobre los sonidos de la naturaleza. Siéntate en silencio y ríndete a los sonidos de las olas estruendosas y rompientes.
Deja ir tus ambiciones y escucha.
Ríos y lagos también cantan sus propias canciones.
Incluso si vives en medio de una ciudad, el viento aúlla y silba y la lluvia produce una variedad de sonidos dependiendo de dónde caiga: en la acera, un techo de hojalata, la ventana de un automóvil o una pendiente embarrada.
Sintoniza estos sonidos la próxima vez que los escuche en lugar de dejar que se desvanezcan en el fondo.
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