La respiración es uno de nuestros mecanismos vitales y mantiene constantemente conectados nuestro cuerpo y nuestra mente. Sin embargo, nos resulta tan automático y su funcionamiento es tan inconsciente que solo tomamos real noción de su importancia en situaciones puntuales, como cuando nos atoramos, hacemos ejercicio físico o nos sumergimos en el agua.
Si tomamos conciencia de ella podremos reconocer que seguramente respiremos sin utilizar toda nuestra capacidad. Quizás encontremos que lo hacemos de manera breve, entrecortada y superficial con nuestro pecho, pero ese hábito puede mejorarse para aprender a llevar a todo nuestro cuerpo aire fresco y renovado.
En esta nota podrás aprender algunos ejercicios respiratorios del yoga que se conocen como «Pranayama», que te ayudarán a concentrar el «prana», es decir, la energía vital, contenida en la respiración, para calmar la mente, limpiar los canales energéticos, sanar el cuerpo y renergizarte rápidamente.
1. Kapalbhati
Para hacer esta técnica mantén los ojos cerrados y síentate cómodamente con las piernas cruzadas en posición de loto. Inhala profundamente de manera relajada y, al exhalar, contrae los abdominales como si quisieras pegar tu ombligo con la columna vertebral. Vuelve a inspirar de manera relajada y natural.
Haz cuatro ciclos de 20 ó 30 inhalaciones y exhalaciones en total.
Esta técnica ayuda a clarificar la mente, favorecer la concentración, limpiar las vías respiratorias, eliminar impurezas, estimular el metabolismo del cuerpo, y fortalecer el abdomen.
No es recomendable en casos de embarazo, hipertensión o enfermedades pulmonares y/o cardiovasculares.
2. Nadi Shodan
Para realizar esta técnica, siéntate con las piernas cruzadas en posición de loto, y cierra tus ojos. Mantén tu palma izquierda en el muslo izquierdo con el pulgar y el índice juntos. Ahora coloca tu pulgar derecho en el lado derecho de la nariz y tus dedos anular y meñique, en la fosa nasal izquierda. Tu dedo índice y medio pueden tocar ligeramente tu entrecejo.
Cierra ahora la fosa nasal derecha con el pulgar y exhala por la fosa nasal izquierda, contando ocho tiempos. Sin mover tus dedos, inhala a través de el mismo orificio que exhalaste, también en ocho tiempos. Ahora cierra la fosa nasal izquierda, abre y exhala por la fosa derecha, en ocho tiempos.
Inhala por la fosa nasal derecha. Cierra la fosa derecha con el pulgar y exhala por la izquierda. Baja la mano derecha y colócala sobre tu muslo derecho.
Esta técnica calma la mente, equilibrando el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. Además, funciona para ayudar a sanar problemas circulatorios y respiratorios.
3. Bhramri
Para realizar esta técnica de respiración, siéntate de manera cómoda y cierra los ojos. Con los pulgares cierra tus oídos, colocando tus dedos índices en la izquierda del rostro y los otros tres dedos ligeramente sobre tus párpados. Ahora inhala profundamente y, al exhalar, haz el sonido del zumbido de una abeja, intentando prolongarlo tanto como puedas. Luego, inhala de nuevo y continua. Hazlo de 5 a 10 minutos.
Cuando realices este ejercicio procura que tu mandíbula se encuentre relajada y los labios estén un poco cerrados para que puedas sentir y escuchar la vibración expandiéndose por todo tu cuerpo.
Esta técnica te ayudará a calmar la mente, aliviar el dolor de la cabeza, mejorar la concentración y ganar confianza en ti mismo.
4. Ujjaii
Para hacer esta técnica, siéntate con las piernas cruzadas, intentando mantener en una misma línea la columna y tu cabeza. Inhala profundamente por la garganta, contrayendo los músculos de la parte posterior de la glotis (que está en la base del cuello). Verás que, al realizarse la respiración en la garganta, el aire que entra por la nariz generará un sonido similar a un silbido al llegar a la laringe. Expira lentamente.
Esta técnica desarrolla la capacidad pulmonar, ayuda a eliminar el estrés y a enfocar la mente, contribuye a la salud de las glándulas, y ayuda a desacelerar el envejecimiento llevando a todos los órganos aire renovado.